lunes, 31 de enero de 2011

"Mi destino..." Parte 1

Mientras corro detrás del gato por el gran patio de mi casa, me encuentro frente a unas raras ruinas, todo luce lóbrego y frío, de pronto observo a mi alrededor y me doy cuenta de que ya no es el patio de mi casa, estoy en medio de un bosque oscuro y algo tenebroso, veo a mis pies una senda que al parecer ha sido hecha por las ruedas de madera de alguna especie de carruaje antiguo, comienza a intrigarme hacia donde lleva este camino mientras lentamente avanzo, cuando de pronto unas voces susurrantes provenientes de las ruinas llaman mi atención, me detengo y me doy cuenta que algo me estorba en las piernas, bajo la mirada al instante y no puedo evitar darme cuenta de que estoy vistiendo un largo vestido negro muy amplio, con un pronunciado escote al pecho, también llevo encima una especie de capa negra con capucha que se abrocha al cuello, se siente algo pesado, es obvio que no es un vestido ordinario, parece como de la época de 1700 ó 1800, también traigo un collar como de plata con piedras color rosado muy claras, aunque por la oscuridad no puedo precisarlo bien, de pronto detrás de un pilar de piedras derrumbadas veo a unas personas vestidas con ropas muy similares a las mías alrededor de una pequeña fogata hablando totalmente en otro idioma que no puedo entender y comienzo a sentir algo de temor de estar allí parada escondida detrás de ellos, aprieto fuertemente con las manos el collar que pende alrededor de mi cuello como por instinto, como si de eso dependiera mi seguridad, pero de pronto y sin ningún aviso voltean y me descubren, la primer reacción es tratar de huir, pero el vestido hace que mi intento se haga difícil, entonces huyo torpemente fuera de la senda hacia el bosque y me escondo entre los árboles, busco rápidamente a mi alrededor alguna luz o algo que me ayude, pero todo sigue oscuro, nadie me sigue ahora, una vez más me encuentro sola, decido retomar la senda para llegar al fondo de esto, es entonces que un hombre se acerca por el camino, parece ser amigable, a primera vista parece ser alguien mayor, camina parsimoniosamente hacia mí y estira su mano hacia la mía, no deseo soltar el collar, pero su gesto me obliga a acceder a la petición, entonces todo el temor desaparece, es imposible, pero yo lo conozco, su rostro no me es familiar, trato de recordar y sé que nos hemos visto antes, conozco su tacto cálido y mirada, muestra leves arrugas en su rostro de piel blanca, su cabello es algo canoso, pero no es tan mayor como pensaba, estoy a punto de descubrir su identidad, cuando un carruaje a toda velocidad se acerca hacia nosotros, el hombre me susurra al oído que caminemos de prisa que hay algo que desea mostrarme.
-Espera, yo te conozco, ¿dónde nos hemos visto antes?-le pregunto sin ningún resultado mientras él sigue jalándome para caminar más rápido.
Caigo al piso y me doy cuenta de que esta húmedo, hay mucho lodo y esta frío, el hombre abre un gran portón de madera bastante rústica y puedo ver hacia el interior, es una especie de hacienda, me pongo en pie rápidamente y ambos corremos hacia la entrada y subimos por una gran escalera hacia una enorme habitación que parece ser una especie de biblioteca, un gran ventanal que esta frente a un gran escritorio filtra la tenue luz de la luna que ahora se ha convertido en nuestra única lámpara, no puedo evitar asomarme para ver si aun nos siguen mientras mi extraño acompañante me observa y me pide me acerque al escritorio, sobre este se encuentra una cajita de madera tallada con una curiosa figura a la que no presto mucha atención por la prisa, el hombre me pide que tome la cajita y que la abra, tengo miedo de hacerlo porque no es mía, pero él insiste, la abro suavemente y dentro hay un papel con un tipo de escritura que no logro descifrar, mientras lo intento un gran ruido en el portón se escucha de pronto y la cajita se me cae de las manos, me inclino rápidamente y levantó la nota de escritura bizarra, pero escucho pisadas fuertes de varias personas que se acercan a gran velocidad, me asomo una vez más por el ventanal y logro ver a la muchedumbre  con antorchas entrando ya a la casa.
-Ya vienen por nosotros-dice el hombre asustado mientras busca donde esconderme.
-¿Porqué vienen por nosotros? Yo no hice nada malo, ¿qué está pasando?-pregunto desesperadamente pero no obtengo respuestas, de pronto el hombre abre una puertecita de madera oculta detrás de un viejo mueble y me toma de los hombros y me mira fijamente, una vez más esa cálida mirada que no logro ubicar.
-Huye, no te preocupes por mí, te veré pronto, yo te encontraré -me decía mientras yo no lo lograba entender porque estaba sucediendo todo eso y las lágrimas comenzaron a enjugarme el rostro, ¿porqué era tan bueno conmigo y porqué sus palabras me lastimaban tanto si ni siquiera lo conocía?


Entonces... (continuará)...